Revista Cambio

Aquí dejo mi primera vida

Hay cosas que nunca se acaban. Una de ellas seguro son los políticos corruptos, tontos y tramposos. Otra es el amor de los humanos por los gatos y ahí es donde entro yo.

Lo único que se puede decir es que fue bonito mientras duró, sin embargo, en esta ocasión llegó la hora de decirle adiós a este espacio editorial que compartimos durante unos meses.

Plantear la idea de ver a los políticos desde los ojos de un gato fue algo extraño, pero al final de cuentas resultó muy divertido. A algunos les caló la comparación, otros lo vieron como una falta de respeto y hasta hubo quien dijo que era ridículo, mas de alguna forma muchos de los comentarios que aquí aparecieron calaron en más de uno.

Lo mejor del caso es que si en esta columna se hubieran regalado tarjetas de cliente frecuente, casi todos los políticos mexicanos ya tendrían una y hasta membresía nivel padrino.

Es inolvidable esa columna en la que hablamos de cómo Felipe Calderón siempre opacaba a la ex primera dama Margarita Zavala. Y los tantos gobernadores y sus felinos desaciertos que pasaron por estas líneas. Y ni hablar de otro cliente favorito: López Obrador, al que ya hasta le gusta corretear palomas, sólo espero que un día no lo veamos escupir plumas porque de su boca sale cada cosa que bueeeeno.

Aquí platicamos de la huida y caída de Javidú y de cómo el otro Duarte, el de Chihuahua, anda como gato por su casa paseando en Estados Unidos y ni quien le diga ¡miau!

Del Estado de México y sus elecciones, ni hablar, pues ganó el gato de Angora, aunque como tal sólo sea un personaje de utilería que se pone en el sillón para que lo acaricien porque sabe que se ve bonito ahí.

Y qué decir de Mance, otro favorito: cuando pienso en él no sé por qué me vienen a la mente esos compañeros de especie pequeñitos y lampiños que se ven todos rositas.

Pero bueno, dicen que el que mucho se despide tiene pocas ganas de irse; sin embargo la vida debe seguir su curso y a mí todavía me quedan seis vidas editoriales. Gracias a los lectores, a la revista CAMBIO y a su editora –a la que alguna vez le diremos sus rasgos felinos– por estos meses divertidos. Nos leemos pronto en otro espacio.

DharmaTip:

Nunca digas nunca, porque lo más seguro es que antes de lo que piensas vas a terminar adoptando un gato. Así que mejor calladito en lo que a felinos se refiere.

@dharmaqueen1