Al interior del PRD hay una desestabilización generada en el centro del partido del sol azteca, ubicada en la corriente Nueva Izquierda, plataforma de negociación y poder de Jesús Zambrano y Jesús Ortega.
Sin embargo, ambos fundadores de la corriente dominante, se encuentran distanciados y con amenaza de ruptura. Sobre todo, porque Zambrano se ha apoderado prácticamente de todas las carteras del comité perredista nacional, a tal grado de dejar cruzado de brazos a Ortega, considerado el ideólogo de la tribu.
Aunque el revés que propinó recientemente fue el de decantarse por Xóchitl Gálvez y desestimar al senador, Miguel Ángel Mancera y a l ex gobernador, Silvano Aureoles.
Esta corriente fue creada por Jesús Ortega y, en su momento usada por Andrés Manuel López Obrador, para la conquista de espacios en el PRD, la principal línea de acción de Nueva Izquierda desde que la crearon Jesús Ortega y Zambrano en 1999, fue la del pragmatismo a través de las alianzas, ya que son válidas en política, porque se llevan a cabo con los amigos, compañeros y hasta con los contrincantes en momentos coyunturales “son necesarias para avanzar”.
Incluso, al interior del partido, los Chuchos fueron quienes impulsaron un canibalismo político al interior del PRD durante varios lustros. Esa es su naturaleza. Lo que hay en la actualidad es una dirigencia adormilada y sobajada por los partidos que le dieron vida artificial gracias a la Alianza va por México.
Zambrano tiene la necesidad de concentrar la mayor cantidad de posiciones rumbo a 2024, por eso su ampliación de periodo como dirigente y aferrarse a negociar de manera directa, el mayor número de espacios con el panista Marko Cortés y el priista Alejandro Moreno, y marginar a Ortega Martínez.
A esta tensión se suma que el distanciamiento se acrecentó a raíz de que Jesús Ortega junto con Angélica de la Peña, firmaron un desplegado en apoyo a las aspiraciones de la senadora Xóchitl Gálvez, sin que aún hubiese iniciado el registro de quienes buscan encabezar el Frente Amplio por México.
Jesús Ortega se cargó —a través de una carta— a lado de “alguien capaz para encabezar altas responsabilidades en la tarea de reconducir el país al desarrollo sostenible y sustentable; que conozca el mundo de la ciencia, la tecnología y la inteligencia artificial, que apoye desde su ámbito personal a niñas y niños con problemas de desnutrición. Una mujer honesta, trabajadora y con determinación. Estamos identificando a la Senadora Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz”.
Con ello, bateó al senador Miguel Ángel Mancera y al exgobernador Silvano Aureoles. Esto le resta a Zambrano margen de operación y negociación al interior de la alianza, ya que al verse identificados con Xóchitl Gálvez, el PRD pierde fuerza por la naturaleza de ser flexibles y adelantar los tiempos como lo llevó a cabo Ortega.
El PRD se encuentra roto desde la dirigencia nacional. Los aspirantes presidenciales perredistas tienen la mitad de apoyo, la otra parte ya coquetea con Xóchitl Gálvez. Zambrano es un náufrago de su propio grupo político y eso lo tiene muy inquieto.
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