Si hay algo que a todos nos pone de malas son esos gatos que se la pasan maullándose unos a otros, porque lo único que hacen es ruido y después de un rato cansan y ya no quieres saber más de ellos.
Eso es lo que pasa exactamente con el expresidente Felipe Calderón y el exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira. Coahuila tendrá elecciones estatales el 4 de junio. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) hará todo lo que esté a su alcance para no perder otro de sus bastiones, mientras que Acción Nacional (PAN) echará al asador todo lo que pueda con tal de quedarse con la gubernatura.
Como parte de esa guerra que amenaza con ponerse más sucia que una caja de arena que no se limpia durante una semana, los dos exfuncionarios dieron una muestra que dista mucho de ser elegancia y estrategia felina.
Calderón acusó a Moreira de haber permitido que Los Zetas vivieran cómodamente durante su periodo como gobernador y Moreira, el mismo de la foto de los abdominales que después pidió que fuera borrada de las redes apelando a su derecho al olvido, le respondió llamándole “borracho”, “asesino” y lo acusó de haberle robado la presidencia a Andrés Manuel López Obrador en 2006.
A esta muestra de estilo y clase política sólo se le puede llamar catfight, y si entra AMLO al ring esto sí se va a convertir en un pleito como de esos cuando se encuentran los gatos en un callejón.
Independientemente de las comparaciones felinas, estos tiempos ya no son para bravuconadas. Los mexicanos necesitan honestidad y propuestas.
Estos dos exfuncionarios siempre se han caracterizado por exigir a la prensa que presente pruebas de todo lo que se publica de ellos, pues ahora, lo razonable sería que cada uno presentará pruebas de lo que dice del otro.
Si, como dijo Calderón, Moreira permitió que Los Zetas vivieran cómodamente en su estado, pues entonces debería rendir cuentas a la justicia, y si Calderón realmente se robó la elección presidencial, pues también debería hacerle compañía.
Es hora de que en respeto a la situación por la que atraviesa el país y al hartazgo que ya tiene la gente de los políticos y del sistema de partidos, las campañas para atraer votos realmente sean inteligentes.
Campañas de descalificación y sin propuestas reales, creíbles y posibles solamente provocan que los electores pierdan el tiempo y no tengan interés por ir a las urnas.
Ya va siendo hora de que estos personajes se den cuenta de que los electores merecen respeto y que la gente, esa que voto alguna vez por ellos, no es botín de nadie.
DharmaTip:
Hasta los gatos callejeros tienen estilo. Antes de hablar hay que conectar el cerebro con la boca, porque en los tiempos de las redes sociales, todo queda en videos o en memes.
@dharmaqueen1