La tradición de la ofrenda en los Cordero consiste en prender una vela, no por nuestros muertos, sino por los vivos. Así, mi abuela prendía 12 veladoras: 10 por sus hijos, una por ella y otra por mi abuelo. Mi mamá adoptó esa tradición, pero ella le suma las veladoras por aquellos familiares cercanos que ya no están con nosotros. Ahora que vivo sola, mi tradición se reduce a una sola veladora, por Mariana, una amiga que hace tres años murió, y es que si sigo al pie de la letra a mi abuela y a mi mamá, seguro provocaría un incendio de tanta veladora.
Sí, las tradiciones son esas costumbres que se pasan de generación en generación, pero creo que cada generación también las tiene que adaptar a sus tiempos. Y en este sentido no hay una fiesta que se haya adaptado más al siglo XXI que la del Día de Muertos. Tenemos un desfile donde la principal atracción es la utilería de una película de Hollywood. El mundo entero conoció más de esta costumbre por una película de Disney -Pixar, y podemos enumerar nuevos elementos que se le han añadido a esta celebración; y no está mal, porque de seguir con el origen de esta, habría aún sacrificios humanos y nos comeríamos los corazones de las personas.
En la Revista Cambio salimos a la calle con el propósito de conocer cómo es que nuestros ancestros celebraban a la muerte, y cómo ésta fiesta ha evolucionado y se ha adaptado a los tiempos actuales. Porque si algo nos caracteriza en el mundo son los colores y la fiesta que creamos en torno a la muerte. Sí, algo muy extraño para los extranjeros.
En esta edición, dos de nuestros colaboradores –uno de Colombia y otro de Venezuela– nos cuentan sus primeras impresiones por las ofrendas, los disfraces de Catrina, los panteones, y cómo recordamos a las personas que ya murieron. Ambos se dieron cuenta de que en México nadie muere realmente si se recuerda a diario, es sólo que deja de existir en este plano.
También fuimos en búsqueda de unos productores de flor de cempasúchil. Sí, esa flor que ya adorna Paseo de la Reforma y que colocamos en nuestras ofrendas con el fin de señalar a nuestros muertos el camino a casa, y que también es una fuente de ingreso económico para cientos de familias en ésta época.
Finalmente, platicamos con un joven de Puebla que se dedica a crear calaveras de cartón con el propósito de que bailen en las fiestas de las comunidades de ese estado. Se trata de las mojigangas o calendas, unos títeres originarios de Oaxaca que sirven para alejar el mal, aunque que en Puebla también atraen el bien.
El equipo de Cambio te desea un feliz Día de Muertos. Esperamos que celebres esta fiesta como sea que te guste y si no, que disfrutes esta edición conociendo un poco más de esta tradición.