Revista Cambio

Flavino después de Duarte

En el mundo de los felinos no todos los gatos tienen carácter fuerte, ni son posesivos. Algunos obedecen a sus dueños para garantizar sus comodidades y son más sumisos de lo que cualquiera se puede imaginar. La consecuencia sería que el amo lo podría llegar a cambiar por una mascota más joven, más lista o dinámica, una vez que lo aburra.

Esto me viene a la cabeza porque creo que fue lo que pasó con el exgobernador interino de Veracruz, Flavino Ríos, quien en este juego de corrupción que enloda a la política mexicana fue una pieza más dentro del pacto de impunidad que permitió al exgobernador Javier Duarte de Ochoa hacer lo que quiso durante su mandato, pero aparte pasearse por todo Guatemala durante seis meses, mientras era buscado en más de 150 países.

Ríos está acusado de facilitarle a Duarte el helicóptero en el que huyó de Veracruz. Cualquiera en su sano juicio hubiera evitado un contacto tan obvio con un personaje acusado de uno de los desfalcos al erario más grandes en la historia del país, pero como ese gato con el que empecé esta historia, Flavino siempre siguió en su zona de confort y para ello, entonces, lo mejor era obedecer a su amo.

Ríos pagó una fianza de 5 millones de pesos, que le permitirá seguir su proceso en libertad, sin embargo el quemón ya nadie se lo quita y como se ven las cosas, regresar a la política le será difícil porque escogió obedecer al amo que hoy es el villano favorito de todo México y que además ha sido el estandarte elegido para mandar el mensaje de que en este país “los corruptos no se salen con la suya”.

A diferencia de los perros, gato viejo sí aprende trucos nuevos, el problema es que para Flavino es demasiado tarde, pues siempre fue identificado como el brazo de derecho de Duarte y aunque sea declarado inocente, lo único que le quedaría es adoptar esa extraña actitud que asumen los felinos de hacerse bolita para cubrirse del frío, pero en este caso sería para cubrirse del juicio popular.

Los gatos escogen a sus amos, no esperan a que pase alguien y les eche un lazo. Así que Flavino escogió mal: le faltó sabiduría a la hora de decidir quién sería ese líder que lo cobijaría, tan es así que ni siquiera pudo sacar las uñas o emprender la graciosa huida, a pesar de que ya sabía que en algún momento podría salir involucrado.
Lo único que ahora le queda es garantizar su jubilación, un lugar caliente y que no le falte techo, agua y comida, aunque sin “hueso”.

DharmaTip:
Recuerda que tú eres el amo, pero de vez en cuando alimenta el ego de quien te da de comer, sólo por convivir.
@dharmaqueen1