Revista Cambio

La nueva esclavitud

La esclavitud financiera es un problema de nuestra sociedad. En un estudio hecho en nuestra consultora, calculamos que, en México, un estudiante necesitaría casi 20 años para tener un retorno de inversión de su carrera. Estamos hablando del promedio de los sueldos en México, los costos de los créditos y el costo de las universidades privadas.

Eso del estrés financiero es un tema muy sensible –incluso a la mayoría de nosotros nos pueden temblar las rodillas cuando pensamos en él–, y puede resultar una de las enfermedades más incomprensibles, dado que usualmente no lo platicas con nadie. Guardas ese sentimiento de que va a pasar al final del mes y esperas que la tarjeta de crédito te trate bien. Hay quienes que se enojan cada vez que llega el estado de cuenta, como si fuera culpa del banco que gasten más de lo que tienen.

Usualmente salimos de la universidad, algunos ya con deuda, otros sin deuda. Empezamos nuestra vida financiera y de inmediato pensamos en tener una tarjeta de crédito, porque aprendimos así de nuestros padres, que por supuesto no tienen formación financiera. Una vez que tenemos nuestro plástico, para “hacer historial”, comenzamos el primer gran crédito, uno de automóvil que, como dije en ocasiones anteriores, podría representar hasta el 30 % o más del sueldo promedio de los mexicanos.

De ahí vamos a tener ya un compromiso financiero que nos impida movernos de trabajo; queremos salir de viaje, pedimos un préstamo personal; y tal vez algún día deseemos comprar una casa, nuevamente con un préstamo a 20 años. La realidad es que las necesidades que tenemos nunca terminan. Pronto necesitaremos más recámaras, una casa más grande y las exigencias nunca serán menores, a diferencia de nuestro sueldo y nuestro poder adquisitivo, cada vez más diezmados.

Tan sólo en los últimos 20 años, hemos tenido 152.05 % de inflación. Es decir, un profesionista que hace 20 años ganaba 10 000 pesos, hoy el equivalente es de 15 200 pesos; o que has perdido más del 50 % del poder de tu dinero. Tu dinero no crece, las tasas de los bancos sí, por encima de la inflación, por supuesto. Conforme avanzan los mexicanos en su línea financiera, llegan a comprometer el 70% de su ingreso en el pago de deuda, los bienaventurados. Los que no tienen tanta suerte, viven por encima de sus posibilidades, y por supuesto que están en el buró de crédito con mala calificación.

No te equivoques, siempre que no puedas pagar una deuda, es por mala planeación. Nadie decide tener un imprevisto, y cerca del 90 % de los mexicanos no tienen un fondo de emergencia. Eso es mala planeación financiera, y esta nos lleva a tener malos préstamos, que consumen nuestro patrimonio y sólo enriquecen a los bancos.

Terminaremos nuestra vida sin nada, sin retiro, sin una casa, pero podremos decir que disfrutamos nuestros viajes e hicimos multimillonarios a los banqueros. Sin lugar a dudas, los millennials son una excelente estrategia, y su afán de disfrutar la vida, para todos los usureros. Desde autos que se deprecian de un 30 % a un 50 % apenas salen de la automotriz, hasta el 55 % CAT de la tarjeta de crédito; la mala forma de inversión que tiene tu Afore, o que estés contratado por outsourcing y sólo cotices el mínimo. Bienvenido a la esclavitud del siglo XXI.

Incluso con un mar de información, sólo el 0.35 % de los mexicanos invierten en su futuro y están dispuestos a tener libertad, la libertad de tomar decisiones financieras.

*Asesor financiero especializado en fintech y coaching financiero.

@networthmx