Revista Cambio

La obsesión de Moreno Valle

Estudios científicos han revelado un par de cosas sobre los gatos: pensamos que todos los que nos rodean son gatos también, de distintas formas, tamaños etc., pero, finalmente, seres de nuestra misma especie; la otra es que nunca nos restregamos de manera cariñosa con felinos a los que consideramos inferiores en nuestra estructura social.

Esto explica de alguna manera el por qué somos vanidosos, clasistas y, por qué no decirlo, necios también.

Un gobernador que muestra mucho este tipo de comportamiento es sin lugar a dudas el poblano Rafael Moreno Valle, que en su carrera hacia la candidatura presidencial quiere ser perseverante como un gato y en contra de todos, y contra todos, caer parado.

Siempre acicalado y bien vestido mostró astucia cuasi felina al desertar del Partido Revolucionario Institucional (PRI) cuando supo distinguir las señales que le decían que no sería el candidato a gobernador, y por eso se fue al Partido Acción Nacional (PAN).

Pero nos mostró que realmente no era tan astuto cuando promovió la “Ley bala”, la forma en la que manejó el caso Chalchihuapan, y la manera en la que “modernizó” al estado, sin importar la opinión, derechos y costumbres de los ciudadanos.

Hace tiempo, a Moreno Valle se le ocurrió que quería ser presidente, lo cual no está mal, pues parte de la conducta felina es ese placer que nos da el saber que somos los jefes de la manada. El problema es que cuando los deseos se convierten en obsesión, pensamos más con la víscera que con la cabeza, y lo digo porque al gobernador de Puebla ya se le está haciendo fijación el querer llegar a Los Pinos.

Sí, lo sé, cualquiera pensaría: “El que persevera alcanza”, pero yo le respondería con un “Hay que saber cuáles batallas pelear y cuáles no”, aunque lo ideal sería no desgastarse en las batallas sino al planear victorias en la guerra, y Moreno Valle se ha desgastado en pequeños pleitos con sus exallegados, gente de su partido, de la oposición y de organismos electorales, pues insiste en hacer campaña disfrazada.

Moreno Valle le apostó como mentora a la exlideresa magisterial Elba Esther Gordillo Morales, en su tiempo una gran estratega felina, pero que en su último salto no pudo caer parada y terminó presa.

Desde la detención de Elba Esther Gordillo, en 2013, debió haber entendido que su luz se apagaba, porque hasta ahora no se conoce que exista una figura de tal magnitud que lo pudiera apoyar en sus afanes presidenciales.

Nadie es perfecto y algo que muy pocos saben es que los gatos nos estresamos cuando no nos llevamos bien con otros gatos. El  gobernador de Puebla, lejos de tejer alianzas ha construido distancias. Tal vez es hora de buscar casa lejos de Los Pinos porque mi instinto felino me dice que si sigue por ese camino, en lugar de caer parado, va a terminar estresado por aquello de que al final del día no logre agradarle al resto de la manada, porque ya se fue del PRI, sacó las uñas con el PAN, y los otros partidos tal vez no estén “a la altura de su linaje”.

DharmaTip:

Cuando te acicales debes preocuparte no sólo porque te brille el pelaje, sino también por sacar las pulgas y el polvo, digo, por aquello de que a alguien se le ocurra ver qué hay más allá de la apariencia.

@dharmaqueen1