Seguramente, si tienes entre 25 y 35 años tus padres no son tan viejos. Tal vez nacieron con la música de los Beatles y los Rolling Stones de fondo, bailaron disco y vieron con asombro que estrellas como Freddy Mercury o Rock Hudson murieran víctimas del sida.
Es lógico entonces que sus prioridades, cuando pensaron en hablar contigo de “temas serios”, fueran en torno al sexo, las drogas y el rock and roll porque, por supuesto, buscaban protegerte. No obstante, ¿acaso te enseñaron a administrar tu dinero?
Sin duda una de las mejores herencias que le puede dejar un padre a un hijo es la educación financiera. Sin embargo, de acuerdo con la Caja Popular Mexicana, dentro de la educación provista por los padres mexicanos a sus hijos durante su formación no está la financiera. De igual forma, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, desarrollada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, revela que a pesar de que 46 % de los adultos varones en México usan un servicio financiero, esto no garantiza que sepan utilizarlo y mucho menos que hereden el conocimiento a sus hijos (perdón, la falta de perspectiva de género es de quienes realizaron el estudio, no de este humilde opinador).
Está bien, no nos educaron, y ahora gastamos más en cafés de cierta famosa cadena, sobre todo si nos prometen unicornios multicolor, pero, ¿y si tenemos hijos?, ¿qué vamos a hacer? Pues es momento de comenzar a aprender, porque lo más importante a la hora de instruir a nuestros hijos en el mundo de las finanzas es predicar con el ejemplo. Los niños y las niñas deben entender –a través de lo que ven en los adultos– que los comportamientos financieros saludables aportan múltiples beneficios y grandes resultados.
Hay que generar en nuestros hijos e hijas una relación sensata con el dinero. Incentivarlos desde temprana edad para que abran una cuenta de ahorro, hablarles sobre la procedencia del dinero y el buen manejo de este. Más que brindarles bienes materiales, al fomentar el hábito del ahorro en las nuevas generaciones les aseguramos una vida futura sin tantas complicaciones.
Explicarles qué es y cómo funciona el interés compuesto a fin de que se den cuenta de que, en la medida en que ahorren e inviertan, su dinero gana intereses y crece. Para ello sirve que tengan una cuenta de ahorro o de inversión: se convierte en un apoyo didáctico importantes.
En el mismo sentido, gestionar y llevar un registro de nuestros ingresos y gastos es un hábito que se nos debe enseñar desde chiquitos y, de igual modo, a ser consumidores inteligentes e informados.
De acuerdo con el director comercial de Depósitos y Educación Financiera de Scotiabank, Alejandro del Bosque, la infancia es la principal etapa en la vida en la que empiezas a forjar hábitos, por lo que concientizar a niños y niñas sobre la importancia del dinero, podría ser un factor determinante para que ya adultos no sufran con su retiro.
*Asesor financiero especializado en fintech y coaching financiero.
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