¿Una persona que ha consumido alguna droga ilícita merece la misma condena que un terrorista o un secuestrador? En México y en muchos países, el consumo de sustancias ilícitas está altamente criminalizado, incluso puede llegar a ser más castigado que un crimen de alto impacto social. Las respuestas represivas y de criminalización frente al fenómeno de las drogas han fracasado.
Después de algunos estados de la Union Americana, Portugal o Uruguay, que se atrevieron a cuestionar un paradigma caduco y fallido proponiendo modelos de regulación de la cannabis, el mundo tiene la mirada puesta sobre México, en seguimiento a las recientes sentencias de la Suprema Corte, y aún más por el contexto de renovación política e ideológica basada en las garantías de los derechos humanos y la evidencia científica.
Por eso, la Comisión Global de Políticas de Drogas, coordinada por Ruth Dreifuss, ex Presidenta de Suiza, decidió lanzar su informe global desde la capital mexicana. Dicha comisión, compuesta por figuras públicas de alto nivel –entre ellas expresidentes como Ernesto Zedillo, personalidades como Mario Vargas Llosa o altos funcionarios públicos internacionales como el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan en su momento–, aboga por una estrategia internacional y la implementación de políticas racionales, humanas, respetuosas de las libertades y derechos con respecto a las drogas ilícitas; siempre desde una visión fuera del dogmatismo y de la criminalización extrema, siempre con base en la evidencia científica, datos reales y experiencias concretas.
En su informe Regulación: El control responsable de las drogas, señala que en vez de haber logrado una disminución del tráfico de sustancias, la guerra contra las drogas no ha terminado y sigue provocando diariamente víctimas y daños colaterales históricos, empoderando cada vez más al crimen organizado.
La demanda y el nivel de suministro de drogas ilegales no se han atenuado pese a las respuestas agresivas. Falta de acceso a medicinas y analgésicos eficaces como la morfina; corrupción, desapariciones, detenciones arbitrarias, violación de derechos humanos, tortura, desplazamientos internos forzados: en México la población, aún más para las personas en condición de marginación social, es víctima cotidiana de una guerra fallida. Al contrario, un modelo de regulación responsable no solamente puede controlar las sustancias desde un enfoque sanitario y de reducción de riesgos y daños aprendiendo de los errores del alcohol o del tabaco –por cierto, más dañinos que la cannabis y sin propiedades terapéuticas similares–, también es una herramienta clave para desempoderar al crimen organizado.
En México, organizaciones como el Instituto RIA, Cáñamo, ReverdeSer, México Unido Contra la Delincuencia o el CIDE, a través del impulso de Alejandro Madrazo Lajous, ya han propuesto varias alternativas concretas viables y respetuosas de los tratados internacionales de fiscalización de sustancias en cuanto a la regulación responsable de cannabis. Una oportunidad no solamente para la salud y seguridad pública, sino también a nivel económico, en parte gracias al uso industrial del cáñamo.
Respecto a la regulación de la cannabis, las declaraciones convencidas de varias de las personas integrantes del Gabinete del presidente electo son, sin duda, una luz de esperanza que podría terminar con políticas sin sentido. Sin embargo, las y los detractores dogmáticos no desaparecieron y ocuparán puestos de alto nivel en la administración federal o en el propio Congreso de la Unión.
Los debates, los foros, sus memorias, y las evidencias científicas ya se dieron desde hace varios años en México y con perspectiva internacional. Toca acabar con la ideologización y criminalización del tema de la cannabis, históricamente reconocida por sus propiedades benéficas. Prevención, reducción de riesgos y daños y anticorrupción tendrán que ser los ejes rectores de la estrategia del gobierno y del Congreso entrantes. ¡Toca legislar, toca regular ya!
*Fundador de Espacio Progresista, A. C. Asesor en estrategias de políticas públicas, incidencia social y cooperación internacional.
@aurel_gt