Periodismo imprescindible Miércoles 25 de Diciembre 2024

A salvar el planeta

Cuando te comas las doce uvas, recuerda guardar una para prometerte que ayudarás a ampliar tu huella de verde en la Tierra
30 de Diciembre 2018
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Se nos fue otro año y con él, los propósitos que lograste cumplir y los que no; pero recordar todo aquello que no hiciste como prometiste a principios de 2018 tampoco tiene que angustiarte, porque en cuestión de días vendrá un nuevo ciclo con el objetivo de que les des  continuidad a todas esas cosas que te harán mejor persona.

Yo, por ejemplo, de los doce propósitos que me planteé para el 2018 mientras me atragantaba las 12 uvas sólo logré cumplir la mitad de ellos, y la verdad me siento muy orgullosa.

El engaño está en pensar que vas a cumplir, por arte de magia y a partir del primero de enero,  las doce promesas que ya tienes anotadas en esa hoja. La realidad es otra: cada una de ellas significa un cambio en tus hábitos; si les echas montón, lo más probable es que no llegues a ningún lado.

Lo que hay que hacer entonces es priorizar. Comienza con los propósitos que te van a costar menos trabajo, de esa manera cuando llegue el momento de trabajar con los deseos de las uvas chonchas te sentirás más tranquilo o tranquila de que ya llevas la delantera en esa lista.

Y si bien es importante que bajes esas dos tallas de pantalón durante este nuevo año, también lo es que comiences a pensar en que ese ciclo de 365 días es una nueva oportunidad para ayudar a salvar el planeta. Porque si algo nos ha traído hasta este panorama desalentador de nuestros ecosistemas es el egoísmo humano.

Ese yo-yo que brota cada fiesta de Año Nuevo, en el que nos prometemos cosas a nosotros mismos y ya, se traduce en toneladas de basura, en un mundo enfermo y en el entendido de que la Tierra aun nos preocupa pero a distancia, mientras compras el jugo que te sirven en un vaso de unicel todas las mañanas.

Por eso en este especial de propósitos de año, CAMBIO te propone lo siguiente: añade en tu lista de 12 cosas por cumplir a finales de 2019 tu granito de arena para el planeta. Lo que hay abajo son algunos tips muy sencillos que te ayudarán a ampliar tu huella verde y que comenzarán a inculcar en ti el hábito de preocuparte verdaderamente por el mundo.

En lo personal, me parece que cuidar el planeta desde nuestra trinchera, en el día a día, es el propósito de Año Nuevo que todos deberíamos anotar primero en nuestra lista.

Compra bolsas de tela para cargar tu súper

Todas esas bolsas de plástico que usas con el objetivo de guardar la fruta y la verdura del súper hay que eliminarlas porque a): su tiempo de uso es muy poco, y b): conforman un gran porción de tu basura semanal. Con el fin de sustituirlas, puedes comprar bolsas de tela en Amazon; hay diseños muy lindos, y te ayudarán a que tu salida al súper sea menos contaminante.

Vuelve más selectiva tu separación de basura

Si en tu casa aún no hay dos botes de basura –para desechos orgánicos e inorgánicos–, no sé qué esperas; ese era un propósito como para el 2016, ya vas bien tarde. Ahora que, si ya separas la basura, en este 2019 compra un par de contenedores más y comienza a hacerlo de manera más selectiva, así puedes separar los inorgánicos en cartón, plástico y metal.

Reduce los viajes en Uber o carro propio

Sí, es muy cómodo viajar con aire acondicionado, pero cada que se prende el motor de un carro se produce una gran cantidad de dióxido de carbono. No por nada el cielo de nuestra ciudad tiene un paño gris sobre el paisaje. Para eliminarlo (o mínimo disminuirlo), hace falta que cada vez más personas usemos bicicleta, caminemos largos trayectos o que utilicemos el transporte público que ofrece la CDMX.

Además, elegir decir no a los Ubers o a tu carro de vez en cuando comenzará a tener un efecto positivo en tu cartera. Esa gasolina o tarifa alta que antes pagabas, ahora tendrá la finalidad de generar otros propósitos, como ese de irte a la playa en tu cumpleaños.

Haz una manda para recordar tu termo (o los tópers)

Esto va para los Godínez que, como yo, no les da tiempo de desayunar y buscan en la calle quién les venda unos taquitos, un café o una torta: cada nuevo día implica un desperdicio de plástico impresionante. Nada más para que te sientas mal, trata de recordar todos los vasos de unicel que usaste el mes pasado.

La solución a este problema es que si no te da tiempo de prepararte desayuno, mínimo salgas con tus tópers y el termo, así cuando visites a tu amiga de los tlacoyos podrás pedirle que los ponga en ellos. Lo mismo con el café o con cualquier alimento de calle que consumas con regularidad.

Reduce la cantidad de pedidos a domicilio

Sí, está bien padre el maratón de Netflix and chill con las tres comidas del día servidas gracias a Uber Eats, pero lo que no está bueno es la cantidad de desperdicio plástico que esto provoca. Tampoco se trata de que lo dejes de hacer, sino de que estés consciente de cómo afectas al planeta con cada nuevo pedido. Si logras reducir tu número de comida a domicilio durante el 2019, vas a eliminar de tu vida casi el 50 % del desperdicio de plástico que generas. Nuestras playas te lo agradecerán.

Busca bazares de trueque

Año Nuevo es siempre un buen pretexto para sacar del clóset (y de tu vida en general) eso que ya no usas, aunque siga en buen estado. Una vez que hayas juntado todo lo que ya no quieres, podrías formar parte de un bazar de trueque. Este tipo de lugares de intercambio se hicieron pensando en la segunda vida de esas cosas que bien podría utilizar un tercero con el fin de que estas no lleguen tan pronto a ser desperdicio. Quién sabe, en una de esas encuentras el suéter vintage que tanto querías sin gastar un centavo y, mejor aún: así te deshaces de esa terrible mascada que te dio tu tía de intercambio el año pasado.

Elimina los aerosoles de tu vida

Existen ya muchísimos productos en el mercado que pueden sustituir cualquier tipo de aerosol. Crema para peinar en vez de laca, o splash de citronela para los mosquitos en vez de insecticida en lata. Estos productos en aerosol no sólo dañan seriamente el planeta, también son innecesarios a estas alturas. Cada que veas uno, trata de encontrar su sustituto no contaminante.

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