El heredero al trono del Reino Unido, Carlos de Inglaterra, ha dado positivo en las pruebas de coronavirus, según ha explicado en un comunicado Clarence House (la institución que lleva los asuntos oficiales del príncipe) y ha adelantado SkyNews.
“Ha manifestado síntomas suaves, pero su salud es buena y sigue trabajando desde casa en los últimos días, como es habitual. La duquesa de Cornualles, Camilla Parker-Bowles, también ha sido sometida a pruebas pero no tiene el virus. De acuerdo con las recomendaciones médicas y del Gobierno, el príncipe y la duquesa se mantienen aislados en su residencia en Escocia, el castillo de Balmoral. Las pruebas las llevó a cabo el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) de Aberdeenshire, que cuenta con los requisitos para poder realizarlas. No es posible determinar dónde obtuvo el contagio el Príncipe, dado el elevado número de eventos en los que ha participado en las últimas semanas”.
Carlos de Inglaterra coincidió el pasado 10 de marzo con el príncipe Alberto de Mónaco, quien también ha dado positivo en las pruebas del virus, en un evento social en Londres. 24 horas antes, se mostró en público acompañando a su madre, la reina Isabel II. Tanto la monarca como su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo (98 años), abandonaron el palacio de Buckingham, en Londres, y permanecen recluidos en el castillo de Windsor.
El heredero al trono es el miembro de la familia real británica con mayor número de compromisos públicos, y su actividad ha aumentado en los últimos años a medida que Isabel II, de 93 años, ha ido reduciendo los suyos. Carlos ha comunicado su situación a sus dos hijos, los príncipes Guillermo y Enrique.
El tercero en la línea de sucesión, el duque de Cambridge, permanece también confinado con su esposa, Kate Middleton, en su residencia de Anmer Hall, en Norfolk. Hasta la orden de aislamiento social impuesta por el Gobierno de Boris Johnson este lunes, el príncipe Guillermo mantuvo una agenda de apoyo a la lucha contra el coronavirus que ha sido ampliamente apreciada por la ciudadanía británica.
Fue el primero de la familia real en grabar un mensaje público de ánimo, y visitó junto a su esposa uno de los centros telefónicos de asistencia del NHS para expresar su apoyo.