El bloguero cuenta en su post que la hija de unos amigos le relató que Lis Cuesta se disponía a entrar al local de la diseñadora venezolana, establecido en la calle Serrano junto con dos mujeres cuando el guardia de seguridad se los impidió. Ante esto, la primera dama de Cuba comenzó a gritar y dijo que iba a quejarse con el mismísimo Rey de España.
“Lis continuaba chillando desafiante y el hombre de la seguridad hablaba suave. Al final, llegó una patrullera de la policía municipal e intervino. Entonces el de seguridad les explicó a los policías lo que Lis y sus acompañantes no escucharon con su griterío. Ninguna de las tres llevaba tapabocas (…) Se marcharon sin entrar y con una sanción cada una de 600 euros”, precisa Giménez, en una publicación de la página web de El Nacional de Venezuela.
Ignacio Rafael Giménez García agregó: “La hija de mis amigos salió de la isla siendo muy chica y creo que no sabe ni quién es Canel, menos aún conocía a Lis Cuesta”.
El abogado dijo que le creía a la hija de sus amigos, sin embargo, le pareció extraño que Lis Cuesta hubiera podido viajar a España en medio de la pandemia del coronavirus. Razón por la que decidió contactar a un amigo responsable del tráfico aéreo en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, quien le confirmó que la primera dama cubana se embarcó en primera clase en un vuelo que el gobierno español habilitó para la repatriación de nacionales varados en la isla.