El Gobierno de Alemania lanzó ayer finalmente la aplicación móvil que permitirá a los usuarios ser informados si han estado en contacto con alguien que ha contraído el coronavirus, una herramienta que, según las autoridades, contribuirá a romper la cadena de infecciones y ayudará a atajar una segunda ola del virus. La aplicación Corona-Warn está basada en el sistema ideado por Google y Apple, puede descargarse en Google Play y App Store, y utiliza bluetooth en lugar de geolocalización. Es de uso voluntario, y corresponde al usuario infectado actuar para que se desencadene la alerta.
“No es una panacea, no es una carta blanca, pero es un instrumento importante para el control de la pandemia”, afirmó el ministro de Sanidad, Jens Spahn, en rueda de prensa en Berlín junto a otros miembros del Gobierno y representantes de las compañías que la han desarrollado, Deutsche Telekom y SAP. El ministro Spahn insistió en que la nueva app no sustituye a un “comportamiento razonable y responsable”, como guardar la distancia interpersonal de seguridad de 1,5 metros o llevar mascarilla en el transporte público y dentro de las tiendas, reglas que a día de hoy son obligatorias para la población.
El Gobierno alemán asegura que la app, de uso voluntario, no supone riesgo para la privacidad de datos
¿Cómo funciona la aplicación, en la que se han invertido 20 millones de euros más costes operativos? Si un laboratorio determina que una persona ha dado positivo por coronavirus, le envía un código QR con el resultado del test, y esa persona debe escanearlo en su smartphone. Solo entonces la app hace que llegue la alerta a otros teléfonos móviles que estuvieron a menos de tres metros del móvil emisor durante 15 minutos en los últimos 14 días, el periodo de contagio.
A esos móviles llegan también recomendaciones de cómo actuar: ponerse en cuarentena y pedir a la autoridad sanitaria que haga al usuario el test de coronavirus. El hecho de que la alerta se desencadene solo a través de un código QR del laboratorio busca asegurar que nadie lance alarmas infundadas. Los rastreos realizados por los móviles se van borrando cada 14 días.
La aplicación se activó en la madrugada del martes, con varias semanas de retraso sobre el calendario previsto, pues el proyecto se frenó en abril al descartar el Gobierno su apuesta inicial por un sistema centralizado, que fue criticado por grupos pro protección de datos.
Las autoridades insistieron ayer en que la identidad del usuario permanece secreta en todo momento, pues la Corona-Warn no guarda ubicaciones ni datos personales; y el rastreo se almacena en cada móvil, no de modo centralizado, y siempre solo durante 14 días. Pese a todo, la ciudadanía no parece especialmente entusiasmada. Según el último Politbarometer de la cadena pública ZDF, el 46% de encuestados dijo que no se descargaría la app, el 42% dijo que sí lo haría, y el 8% dijo que no tenía smartphone.