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Salvan el agua de tu ducha

Sin importar que arriesguen todos sus ahorros, una pareja de ingenieros químicos, tras su retiro, crea un dispositivo para salvar los 15 litros de agua que todos desperdiciamos al ducharnos
13 de Marzo 2017
Carlos Tomasini
Carlos Tomasini

Todos hemos pensado alguna vez que el agua tan fría que sale de la regadera antes de meternos a bañar no debería simplemente irse por la coladera. Y es cierto, cada persona desperdicia entre 12 y 15 litros de agua potable cada vez que espera a que el agua llegue a la temperatura adecuada. Seguramente, muchos hemos aplicado técnicas como colocar una cubeta o, los más valientes y comprometidos con el medio ambiente, comienzan a bañarse con el agua aún fría. Pero esta pareja tuvo una mejor idea que, además, los transformó en emprendedores incluso cuando ya se habían jubilado.

Patricia Horcasitas y Miguel Ángel Carmona desarrollaron y patentaron un sencillo sistema que, mediante un sensor electrónico, elimina el desperdicio de las regaderas con una solución simple: regresar el agua fría a la cisterna.

Ambos son ingenieros químicos, se conocieron mientras estudiaban en la Universidad Nacional Autónoma de México. Llevan 35 años casados y nunca antes habían trabajado juntos. Ahora que son jubilados, decidieron crear IQBiK, una empresa mexicana que aprovecha la tecnología con el objetivo desarrollar una solución para un problema cotidiano que, por ser un problema global, tiene un alto impacto en el planeta y en nuestros recursos naturales.

¿Cómo funciona?

Con este sistema, al abrir la llave del agua caliente, el agua fría que está almacenada en la tubería –entre el calentador y la regadera– no sale, sino que, gracias a un conjunto de tuberías desarrollado por Patricia y Miguel Ángel, regresa a la cisterna y así puede utilizarse nuevamente de manera instantánea.

Es aquí cuando entra en operación el dispositivo que, mediante un sistema de colores, indica el momento en el que el agua está lista: azul para menos de 30 grados, verde de 31 a 39 y rojo para más de 40 –la temperatura promedio en la que la gente se siente cómoda para tomar una ducha.

“Prácticamente se puede instalar en cualquier lado, lo que varía es el costo; por ejemplo, si se instala al momento de construir una vivienda, resulta muy económico, ya que sale en unos 1 100 ó 1 200 pesos”, explica Miguel Ángel.

El dispositivo no necesita pilas ni alguna instalación eléctrica, ya que genera su propia energía con el paso del agua. De acuerdo con las pruebas que han hecho, tendría una vida útil de unos siete años, tiempo en el que puede ser sustituido con sólo desatornillarlo.

Medir en garrafones…

Cada persona desperdicia el equivalente a casi un garrafón de agua si deja correr el agua fría antes de tomar una ducha. “Yo he llegado a medir hasta 25 litros en una casa. Así que toda esta agua equivale a llenar cada año una alberca de 22 kilómetros de largo por 67 de ancho y 10 de profundidad, lo que equivaldría al lago de Tequesquitengo (en el estado de Morelos)”, señala Miguel Ángel, quien además tiene otra patente, la de un sistema doméstico de purificación de aire.

Otra ventaja de ahorrar agua con este dispositivo es que esta saldrá a la temperatura ideal mucho más rápido, así que el usuario podría meterse a bañar en un máximo de 15 ó 20 segundos, lo cual seguramente agradecerá en épocas de frío.

Los retos

IQBiK también brinda asesoría para instalar el sistema, aunque se han encontrado con arquitectos que no entienden muy bien su concepto. “A veces les cuesta trabajo que lo tengan claro, y es un logro explicarles lo sencillo que es y la ventaja del poco precio que tiene”, apunta Patricia.

“Inclusive, hay arquitectos que han llegado a decirme que no van a cambiar la estética de su baño por ahorrar un poco de agua”, agrega Miguel Ángel.

Aunque a la mayoría de las personas a las que le han presentado su desarrollo –incluyendo diputados y funcionarios del Instituto del Fondo Naconal de la Vivienda para los Trabajadores– les ha parecido atractivo, no han logrado terminar de convencer a muchos. “Eso quizá se deba a que no somos vendedores, sino ingenieros, pero ese es uno de nuestros retos”, asegura Patricia.

La buena noticia es que ya están por cerrar un contrato y proyectan que, a fines de año, trabajarán con cinco constructoras, mientras que su meta a cinco años es llegar a 25 ó 30 empresas.

Juntos hasta la cima

Este matrimonio adaptó un cuarto de su departamento para usarlo como oficina y bodega, además de que aprovecha su propio baño para hacer algunas pruebas de resistencia del producto.

Miguel Ángel dice que se le ocurren ideas desde que era muy joven y, como buen ingeniero, siempre busca soluciones distintas, lo cual ha aplicado en las empresas en las que trabajó, como Colgate Palmolive o Kimberly Clark. “De repente, un día se me ocurrió cómo resolver el problema del desperdicio de agua en la ducha, empecé a hacer dibujos e investigar qué había en el mercado”, recuerda el emprendedor de 62 años que atribuye parte de su creatividad a su dislexia.

Entre que tuvo esa idea y el momento en el que lograron ver su producto terminado pasaron cuatro años y, por ahora, no tienen socios ni inversionistas. “Como ya somos pensionados los dos, utilizamos el dinero de nuestra pensión para levantar el proyecto”, menciona Patricia, quien actualmente tiene 61 años.

Debido a que en México no encontraron quién les fabricara el dispositivo, Miguel Ángel viajó a China para encontrar al proveedor que ahora se los produce; además, otro ingeniero tuvo que ayudarles a programarlo, pues ninguno de los dos es experto en temas de electrónica.

El trabajo, tiempo y dedicación que han invertido en este proyecto son arduos, además de que enfrentan un doble reto, ya que son esposos y colegas con una larga carrera profesional. “Como los dos hemos tenido nuestra propia experiencia profesional, a veces los dos queremos mandar”, indica Patricia.

Galardonados

Hace unas semanas, Miguel Ángel viajó a Panamá gracias a que fue seleccionado para presentar su proyecto en el “H20 Challenge”, un concurso que reúne a 10 emprendedores de todo el mundo, quienes presentan en ese foro tecnologías encaminadas a aprovechar mejor el agua.

“No creo que haya una solución más económica y efectiva que la nuestra y tarde o temprano se va a adoptar. Tal vez no la vea cuando se aplique en todo el mundo, pero no importa, el chiste es que se empiece hacer”, reitera Miguel Ángel. 

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