KABUL (AP) — El gobierno afgano celebrará sus primeras conversaciones directas con el Talibán, indicó el domingo un funcionario afgano, aunque los insurgentes se apresuraron a negar que se estuviera planeando tal encuentro y reiteraron su oposición a tratar con representantes del gobierno de forma oficial.
Los talibanes llevan casi un año de negociaciones de paz con Estados Unidos, pero se han negado a reunirse con el gobierno del país, al que consideran una marioneta de Washington.
Una delegación del gobierno de 15 miembros se reunirá con representantes talibanes en Europa, indicó Abdul Salam Rahimi, ministro afgano para Asuntos de Paz, sin entrar en detalles.
Sin embargo, el portavoz talibán Zabihula Mujahid dijo que “no se ha acordado y no se ha coordinado ninguna reunión así con el Talibán”. Una vez los insurgentes lleguen a un acuerdo con Estados Unidos, señaló, estarán abiertos a conversaciones intraafganas, pero cualquier representante del gobierno tendría que participar a título personal.
El enviado estadounidense Zalmay Khalilzad, que se encuentra de visita en Kabul, tuiteó que se produciría otra ronda de conversaciones “intraafganas”, indicando que llegaría “después de que concluyamos nuestros propios acuerdos”. Las conversaciones, señaló, incluirían a los talibanes y “un equipo negociador nacional inclusivo y eficaz consistente en altos cargos del gobierno, representantes políticos clave, sociedad civil y mujeres”.
El domingo era el primer día de campaña para las elecciones presidenciales, fijadas para el 28 de septiembre. El presidente, Ashraf Ghani, aspira a un segundo mandato con promesas de poner fin a la guerra tras 18 años, aunque en el último año se ha visto relegado a un segundo plano mientras Washington negociaba directamente con el Talibán.
Los dos bandos aspiran a un acuerdo en el que las fuerzas estadounidenses se retirarían a cambio de garantías de que Afganistán no se convertirá en una plataforma para atentados internacionales.
Los talibanes, que en la práctica controlan en torno a la mitad del país, han seguido atacando a diario a las fuerzas de seguridad afganas.
Cuatro policías murieron el domingo de madrugada en un ataque suicida talibán contra una comisaría en la provincia oriental de Ghazni, según Ahmad Khan Serat, portavoz de la policía provincial. Otros 10 agentes resultaron heridos.
En otro ataque en Ghazni, una bomba caminera mató a tres civiles e hirió a otros tres, señaló Serat. Nadie reivindicó el ataque. A menudo, bombas dirigidas a las fuerzas de seguridad matan o mutilan a civiles.
Por otra parte, las oficinas políticas del compañero de fórmula del presidente afgano fueron asaltadas por varios hombres armados, y al menos dos personas murieron y 25 resultaron heridas, dijeron el domingo funcionarios.
Nasrat Rahimi, portavoz del Ministerio del Interior, dijo que el ataque tuvo como objetivo la sede del partido Green Trend en la capital afgana, Kabul. Agregó que el candidato a la vicepresidencia Amrula Saleh “fue desalojado de las oficinas y trasladado a un sitio seguro”.
El presidente Ghani tuiteó que Saleh resultó ileso tras el asalto.
Ferdous Faramarz, portavoz del jefe de policía de Kabul, dijo que la explosión probablemente fue un coche bomba y que había un tiroteo en marcha.
Nadie se atribuyó de momento el asalto, pero tanto talibanes como extremistas del grupo Estado Islámico están activos en la capital y han llevado a cabo ataques en el pasado.